12.5.06

CONSELLER CATALÁN, TERRORISTA

Vendrell, el "Conseller catalán" que fue terrorista

¿De verdad no le notaban nada en esta cara portentosa?

CONSELLER CATALÁN, TERRORISTA: Gabriel Vendrell

España nos tiene acostumbrados a maravillas que, cuando se cuenten en la historia, no serán creídas. Con motivo. La modernidad, basada en la negación de patrañas, no funciona aquí: todo es circense cuando no directamente esquizofrénico. Quizá algún día, cuando nos normalicemos, echaremos de menos la juerga diaria que nos traen los periódicos más que las cadenas de televisión.

No sabe nadie si existe una nación –contando las subsaharianas- donde se haya hecho jefe de policía a un terrorista confeso que fabricó y puso –al menos- dos bombas por cuenta de Terra Lliure y por las que no llegó ni a pisar la cárcel (tiempos del PSOE felipificado y del hoy encarcelado Vera):le bastó con pagar 500.000 pesetas, o sea menos de 5.000 euros. Sí hay socialismos que han pactado con terroristas, como Maragall con Vendrell, su “ministro” local de policía. O como Zapatero con Eta mediante el uso y abuso de Rubalcaba. Claro que del socialismo estamos bastante curados a fuerza de padecerlo durante el Siglo Asesino: el XX. Un jefe de policía que hace pocos meses se dedicaba también a la extorsión del cargo público y del funcionario flaco. Una joya.

Estamos a la espera de ver con qué noticia de humo cubre este asunto el gobierno y con qué vigor la oposición se entrega a su glosa. No nos hacemos ilusiones porque sabemos que una nación que lleva 31 años conviviendo con socialistas legales y comunistas no siempre ilegales, es una nación con el agua al cuello y con el sentido común varios palmos por encima de las cabezas más notables por su esmerada tozudez, cabezas que, en su momento, llegaron a argüir que no habría verdadera democracia sin una «pasada por la izquierda» y que ahora nos advierten para que asumamos que el socialismo vendrá sobre nosotros una y otra vez si es que alguien se las ingenia para achicarlo del poder. Si no, el socialismo permanecerá donde está, haciendo sus necesidades sobre los pobladores no comunistas de la Península y extrarradios.

Una vez más coinciden, en este asunto del Terrorista-mini Ministro, las dos causas fundamentales de los males de la Patria y del incremento de chalados: El socialismo y el separatismo que, como debiéramos recordar, también coincidieron en la aparición de la II República y en la catástrofe de la guerra civil. El mismo material pensante de «la pasada por la izquierda» nos dice, bajo su pobre responsabilidad, que el socialismo, hasta ahora mismo, era español, era patriota. Pensantes que, de golpe, han olvidado que el socialismo nace internacionalista y que eran los gobiernos socialistas los que permitían todo aquello de Viva Rusia, muera España.

Hay gente que todo se lo cree con tal de que otra gente, poco limpia y pura, se lo repita suficientes veces. Justo los tipos que no repetirán ni una vez más que hay un terrorista jefe de toda la policía de Cataluña, donde gobierna el PSC-PSOE, tan patriota y sensato como siempre.

Lea, pues, el que lo desee, hasta que se le hinchen las medidas y el júbilo le reviente por la cincha del caballo de Troya.

El consejero Vendrell cometió dos atentados con bomba como miembro de Terra Lliure

Una oficina del INEM y una hidroeléctrica fueron sus objetivos en 1989 y 1990

• Vendrell estuvo imputado en las diligencias previas instruidas por el juez Carlos Bueren, quien llegó a dictar prisión bajo fianza antes de acordar el sobreseimiento

NATI VILLANUEVA
MADRID. Xavier Vendrell, consejero de Gobernación de la Generalidad de Cataluña y, por tanto, miembro del Ejecutivo de Maragall, participó en la comisión de dos atentados terroristas como miembro de la ya disuelta Terra Lliure. Así lo reconoció él mismo en su comparecencia ante el juez de la Audiencia Nacional Carlos Bueren el 18 de diciembre de 1992. El magistrado dictó entonces prisión eludible con fianza de 500.000 pesetas para Vendrell, imputado en las diligencias previas abiertas contra aquella organización terrorista y sobreseídas en enero de 1996.

Secretario de Organización y Finanzas de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y consejero tras la remodelación del tripartito catalán el pasado 20 de abril en medio de una gran polémica —pues era el firmante de las cartas en las que exigía cuotas para el partido al personal de la Generalidad—, Vendrell confesó voluntariamente que perteneció a Terra Lliure y llegó incluso a identificar a otros miembros de la organización terrorista, en la que ingresó en marzo de 1989 y en la que se mantuvo hasta junio de 1991, momento en el que Terra Lliure hizo pública su disolución. En este proceso Vendrell participó junto con «otras personas» de forma activa, según confesó él mismo al magistrado Carlos Bueren. [Le faltaba este detalle: Soplón]

Responsable del Bajo Llobregat

En los dos años en los que el ahora consejero de la Generalidad fue miembro de la organización terrorista participó en dos atentados: el primero, el 8 de septiembre de 1989, contra la oficina del INEM de Hospitalet de Llobregat (Barcelona); el segundo, el 7 de abril de 1990, contra la compañía Hidroeléctricas del Segre en Olesa de Montserrat (Barcelona). Fue el propio Vendrell quien escogió los objetivos, pues la única orden que había recibido de Terra Lliure era la de atentar en la comarca del Bajo Llobregat, donde él «se movía». En este sentido, y siempre según su confesión, voluntaria, la organización nunca le manifestó su interés por cometer atentados contra objetivos concretos, sino que los dejaba en sus manos. Xavier Vendrell explicó al magistrado que con anterioridad a su militancia en Terra Lliure había iniciado su trayectoria política en el Moviment de Defensa de la Terra (MDT) y que fue en su seno donde conoció a «gente» con la que luego coincidiría en la organización terrorista, entre ellos a Gustavo Navarro, a quien identificó como una persona «activa en el movimiento político y partidario de la lucha armada». De su comparecencia ante Bueren se deduce que fue este individuo quien le puso en contacto con Terra Lliure, una vinculación que le llevó a asistir a la IV Asamblea de la organización, encuentro al que también acudieron Gustavo Navarro y Jordi Vera, ambos imputados junto con otras seis personas, en la instrucción de Terra Lliure. Estas diligencias fueron sobreseídas mediante auto de 31 de enero de 1996 porque las declaraciones de los imputados, el abandono voluntario de sus actividades delictivas y su confesión se encuadraban en los artículos 57,112 y 113 del anterior Código Penal y en el 637 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

Vendrell declaró ante Bueren que en esa IV asamblea «se le pidió» que cuando la dirección de Terra Lliure marcase el inicio de determinadas campañas, él se encargase personalmente de llevar a cabo las acciones terroristas en el Bajo Llobregat. Precisó, además, que durante una temporada, la que coincidió con la celebración de las elecciones europeas de 1989, Terra Lliure apenas tuvo actividad, pues se dedicó a desarrollar «actividades políticas».

«Campaña» contra la Monarquía

El actual consejero de Gobernación del tripartito (y ex secretario general de Josep Bargalló) aseguró también que durante el tiempo que permaneció en la organización terrorista se trasladó a Francia en varias ocasiones para asistir a reuniones en las que la dirección de Terra Lliure perfilaba sus «campañas». Una de ellas fue con motivo de la visita del Príncipe de Asturias a Cataluña en abril de 1990. Fue entonces cuando Terra Lliure voló el busto de Don Juan Carlos en San Cugat del Valles (Barcelona) y Vendrell se ocupó personalmente del atentado contra Hidroeléctricas del Segre, compañía situada en Olesa de Montserrat. Ésta fue su segunda acción terrorista, cometida siete meses después del atentado contra la oficina del INEM de Hospitalet de Llobregat, objetivo que escogió sin que nadie se lo pidiera. Ni en uno ni en otro hubo víctimas.
Vendrell confesó también al juez que él no reivindicó ninguno de los dos atentados en nombre de Terra Lliure, pues él se limitaba a informar a Gustavo Navarro de su comisión y «se imaginaba» que era él quien se encargaba de atribuir la autoría de los ataques a la organización terrorista.

Además de Gustavo Navarro y Jordi Vera, el consejero de Gobernación se refirió también a Pere Bascompte, quien fue considerado dirigente de Terra Lliure por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. La mención que en su declaración hizo de este individuo, detenido en 1989 en virtud de una orden de busca y captura internacional, fue que era uno de los presentes en las reuniones de Francia en las que Terra Lliure establecía el contenido de sus «campañas». (Bascompte se había refugiado en el país vecino después de quedar en libertad por un error administrativo cuando había cumplido sólo dos de los nueve años de prisión a los que fue condenado).

El hecho de que a esas reuniones asistiera un número tan reducido de personas, que Vendrell se codeara con. el «cabecilla» Bascompte y la autonomía de la que disponía para fijar sus objetivos apuntan a que el actual consejero de Maragall habría ocupado un puesto destacado en Terra Lliure como responsable de la comarca del Bajo Llobregat

El dirigente de ERC fabricó y colocó los explosivos en las dos acciones terroristas
N.V.

MADRID. El consejero de Gobernación de la Generalidad no sólo confesó ante el juez que fue militante de Terra Lliure y que como tal había cometido dos atentados, sino que aseguró que fue él mismo quien confeccionó los artefactos explosivos que colocó en los dos objetivos que él mismo escogió como responsable de Terra Lliure en la comarca del Bajo Llobregat: la oficina del INEM de Hospitalet y la compañía hidroeléctrica de Olesa de Montserrat. Así, en su confesión ante el magistrado Carlos Bueren, el ex diputado de ERC explicó con todo detalle cómo consiguió y elaboró el artefacto de su primera acción terrorista, la del 8 de septiembre de 1989 en Hospitalet de Llobregat.

Así, relató cómo acudió a un local del Moviment de Defensa de la Terra (MDT) —partido independentista en el que militó antes de entrar a formar parte de Terra Lliure— a buscar clorato potásico, pues su compañero Gustavo Navarro (que le acompañó a esta sede) le había dicho que allí podrían obtenerlo

Una vez conseguido este compuesto químico, ambos se dirigieron a una furgoneta y ya dentro de ella Vendrell se encargó de mezclar el producto con otros idóneos para la fabricación de explosivos».

A continuación introdujo el resultado de la mezcla en una bombona de camping y, según recordaba, arrojó la mezcla sobrante por una alcantarilla. Una vez confeccionado el artefacto explosivo lo depositó en la oficina del INEM de Hospitalet, una acción que él no llegó a reivindicar, pues dio por hecho que lo haría Navarro.

Tanto este objetivo como la compañía hidroeléctrica fueron elegidos por Vendrell y no respondieron a ninguna orden de Terra Lliure, ya que, según sostuvo el ahora consejero de Maragall en la pieza de confesión, la única «responsabilidad» que tenía era la comarca del Bajo Llobregat.


A partir de 1992, Carod-Rovira integró al terrorismo
independentista en ERC. Terra Lliure desapareció, pero
esta formación carga con una pesada herencia

De «la lucha armada» a la administración

TEXTO: MARÍA ANTONIA PRIETO
BARCELONA. A ERC se le atribuye el mérito de haber desactivado lo que denominaba la «lucha armada» al acoger en su seno, a mediados de los noventa, a los dirigentes y activistas de la organización terrorista Terra Lliure, de la que formó parte el consejero Xavier Vendrell.

Terra Lliure nació en 1979, aunque su «presentación en sociedad» tuvo lugar el 23 de junio de 1981 en el Camp Nou, en el marco de la campaña «Somos una nación». Integrada por jóvenes procedentes de otras organizaciones radicales como Exércit Popular Cátala y el Front d'Alliberament, Terra Lliure se dedicó a atentar contra intereses del Estado en Cataluña y contra todo aquello que consideraba propio de la simbología española. [No es Trapisonda la que mezcla español con catalán en estos escritos]

Uno de sus principales atentados fue el secuestro, en junio de 1981 del periodista Federico Jiménez Losantos, impulsor del «Manifiesto de los 2.300», que denunciaba la discriminación de los castellanohablantes. El periodista fue liberado unos días después tras recibir un disparo en la pierna. En 1987, los activistas de Terra Lliure colocaron una bomba en el juzgado de la localidad ilerdense de Borges Blancas. La pared de una vivienda situada junto al juzgado se derrumbó provocando la muerte de una mujer.

Este asesinato, así como la consternación que provocó el atentado de ETA en Hipercor —Juan Carlos Mon-teagudo había abandonado Terra Lliure para lanzarse a los brazos de ETA—, lleva a los dirigentes de la organización terrorista, Pere Bascompte y Jordi Vera, a replantearse el futuro de la banda. Sin olvidar que la organización independentista estaba en horas bajas ya que en el periodo comprendido entre 1984 y 1989, varios activistas murieron mientras manejaban artefactos explosivos y otros muchos fueron detenidos.

Negociaciones y disolución

En 1991, se empiezan a producir las primeras deserciones y los primeros contactos con ERC. En 1992, el juez Baltasar Garzón ordena la detención de unos sesenta militantes, coincidiendo con la celebración de los Juegos Olímpicos de Barcelona. Es en ese momento cuando el entonces presidente de ERC, Ángel Colom, y el hoy líder del partido, Josep Lluís Carod-Rovira, se implican directamente en las negociaciones con quien era secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera. Se llega así a una solución: ERC avala el proceso de reinserción de los presos, los acoge en el partido y los compromete en la vía democrática. La disolución formal de Terra Lliure no se produjo hasta septiembre de 1995.

Como consecuencia de este proceso, los cuadros medios de ERC son dirigentes procedentes del independentismo radical de los ochenta. Los jóvenes que en su día apostaron por la violencia, hoy se encuentran en el segundo o incluso en el primer nivel de la administración autonómica. El caso más emblemático es el de Xavier Vendrell, quien tras pasar por Terra Lliure, Catalunya Lliure y el MDT ejerce, hasta que Maragall lo remedie, de consejero de Gobernación.

[Tomado del diario ABC]

Algo es cierto: todo lo dicho no se le olvidará a nadie que lo haya leído, tan bien define la situación de esta decadente España desorejada.

NOTA: El Diario Menorca, que tan buenos ratos hace pasar a los rectores de Trapisonda a causa del sectarismo catalanista, nada dice del terrorismo confeso de Vendrell, es de suponer que para no molestar a los buenos separatistas menorquines, ni al clero aborigen, que también lo es.

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8.5.06

EL SUEÑO DE LA RAZÓN PRODUCE CATALANES

Goya bendito

Ahora que Chaves, que es algo raro de neurona, ha decidido que Andalucía también es una realidad nacional, ya se puede decir: Es el doble de Nación que Cataluña, no en vano cuenta con ocho provincias donde la otra cuenta cuatro con los dedos. Y más pequeñas. Siempre que juguemos a las Naciones, que es como hacerlo al advenimiento de los calamares con su nube de tinta, adminículos de Blanco. Pedazo de subsahariano que, a boina suelta, se encarga de las mentiras oficiales que otros no se atreven a decir. Él y de la Vega, ambos coincidentes en que España está más cohesionada que nunca. Quizá cohesionada, pero no unida: estregadero de Europa, sociedad esparrancada ante el socialismo, ese acabado dispositivo de la decadencia y del latrocinio.

O sea, caminemos todos juntos, y ellos los primeros, por la apropiación del estatuto, la estabilidad del desempleo, la falta del derecho humano a usar la inteligencia, el mandato de Maragall, en todo semejante al caos (Maragall y el mandato: ambos) y el hecho que, a fuer de pecadores, no nos merecemos la beatífica Cataluña que nos preparan. De regalo.

En la columna titulada Enuresis, Ignacio Camacho, en ABC, dice con bastante razón que el partido de Carod debe ser expulsado del gobierno catalán por el aquello de estar en contra de una medida del mismo gobierno como es ser favorable al «Sí al Estatuto». Pero algo falla, porque el gobierno de Maragall, que se sepa, no puede estar oficialmente por el Si, sino por que se vote y hacer propaganda sólo institucional y no de contenidos, aunque, en contra del comité de no intervención democrática, por así, decir, la Generalidad pide el sí, y listo. En ese sentido, es más natural la postura de Carod y los suyos que la de Maragall, que, como presidente y como gobierno, postulan un sí que se convierte en manipulación.

Hay otra consideración: que ERC no es el único partido que está en el gobierno y en la oposición. El Psoe no hace otra cosa desde el advenimiento de Felípez: gobernaba y se oponía a Franco, como si no hubiera muerto. Todo muy razonable. Luego, salteado, llegó Zapatero y siguió oponiéndose a Franco, tan poco republicano y a Aznar, que tampoco. Porque el PSOE es un totalitario que siempre aprovecha para hacer prácticas y ocupar todo el espacio que deje libre la nada del estado actual, hasta llenar el universo accesible.

Pero ¿acaso la gente toma en cuenta al PSOE y a ERC eso de ser las dos cosas a la vez, gobierno y antigobierno? No. Del mismo modo que no se sorprende al ver que la oposición en Cataluña, CiU, está a favor del gobierno y que el PP, en Madrid, ha permitido que su “Leal Oposición” fuera desbordada por la Oposición del PSOE a Aznar. O sea, que los españoles contamos como natural esquivar la razón exacta, la lógica y lo que sea menester cuando se habla de política y no pasamos recibo por los mil y un contrasentidos. ¿Por qué? Porque el Sueño de la Razón engendra Zapateros y Carodes. Como mínimo.

Sólo los periodistas parecen hacer caso de la razón atropellada, pero tampoco es cierto: no hacen caso sino campaña. Y por dinero. El mundo es del que más corre, no lo dude. Y a carreras gana siempre el interés particular, como lo prueba que los socialistas y los comunistas, buenos republicanos, siempre acosan a los indefensos que se imaginan que la verdad tiene alguna utilidad en España. Los acosan y los asustan, pero, acorraladlos, republicanetes, y os acorralaréis, como hicieron generaciones de asiduos republicanos desde mediados del Siglo XIX. Y repitieron los de la Segunda, hasta que fueron derrotados en el campo de batalla que ellos mismos eligieron. Acorraladlos y se defenderán.

Si no lo hicieran, de puro miedo, estaría claro que la gente asustada no merece ser defendida sino seguir siendo asustada. O sea, como ahora.

UNA RAYA EN EL AGUA |
ENURESIS
Por Ignacio Camacho

UN problema para cada solución. Esto es lo que ha encontrado Zapatero desde que permitió a Maragall aliarse con Esquerra Republicana, para después asumir él mismo esa alianza nada menos que en la gobernación del Estado. No gana el presidente para disgustos con la «cuestión catalana», que se empeñó en abrir por la vía más complicada e inestable. Por cada acercamiento recibe una patada; por cada humillación, una chulería; por cada concesión, una deslealtad. Hay elementos que llevan la ingratitud en los genes, y el nacionalismo es, en sus distintas vertientes y grados, un proceso continuo de desapego egoísta e insatisfacción perpetua. Bien podría el Gran Optimista reflexionar siquiera preventivamente sobre esta condición desafecta de sus interlocutores a la hora de sentarse ante el tablero vasco. Quien con niños se acuesta, mojado se levanta, dice el refrán. Y ya quisiéramos todos que estos socios de (in) conveniencia que se ha buscado el Gobierno se limitaran a orinársele en la cama. Lo están haciendo en el salón.

Ni la «fumata» de Moncloa, con los cordiales cigarrillos post-coyunda entre Zapatero y Artur Mas, ni el «culo di ferro» de Rubalcaba para desatascar en el Congreso la negociación estatutaria, han acabado de desenredar un lío que comenzó en el Pacto del Tinell y se ha ido enmadejando hasta esta afrenta de rechazar un Estatuto con el que España se ha puesto de rodillas. Lejos de anclar al independentismo en la responsabilidad institucional, el pacto con ERC sólo ha servido para desestabilizar al Partido Socialista en la Generalitat y en el Gobierno. El Estado se ha abierto en canal como un melón, ha cedido competencias, financiación, dignidad, y hasta ha reconocido una nación inventada, pero a cambio no ha obtenido más que calabazas, inestabilidad y oprobio. Maragall y Zapatero le han servido la mesa a los «camisas grises» de Esquerra y éstos les han escupido en el plato delante de todo un país estupefacto.
El único gesto digno que cabría esperar en esta crisis es la inmediata expulsión de ERC del gabinete catalán. Inmediata: antes incluso del referéndum, por la pura lógica de que un partido que gobierna no puede oponerse al principal proyecto de su propio gobierno. Y por honor, por decencia, por decoro. Con el cese fulminante de sus socios desleales, Maragall podría recuperar algo de su deshilachado liderazgo (la totalidad ya es imposible, porque se trata de agua derramada) y los ciudadanos recibirían al menos el mensaje de que a su dirigencia política le queda algún escrúpulo moral por encima de la pasión del poder.
Claro que eso implica elecciones anticipadas en Cataluña y la búsqueda de una nueva mayoría que respalde al Gobierno central en un momento clave. Duro, pero es el precio de un error irreversible, de un fracaso incontestable. Ya no se sostiene más tiempo la ficción de que se puede gobernar una nación con unos tipos que no creen en ella.

Perdón, buen articulista, pero no es que no crean en España solamente. Van más allá: es que no la soportan ni como recuerdo. El caduco Conseller Huguet, de ERC, lo ha dejado claro ampliando la persecución incluso a las bailaoras flamencas y los todos de felpa, sobre el que se explaya aquí abajo Antonio Burgos, dejando pasar, por una vez, la oportunidad de darle un palito a Franco. Si se habrá tomado en serio lo de los muñecos:

PANCIMARTELEVISÓ
Por Antonio Burgos

ESPAÑA no ha comprendido a don José Huguet, consejero de Comercio, Turismo y Consumo de la Generalidad, cuando ha anunciado que quiere prohibir en toda Cataluña, y especialmente en las turísticas Ramblas de Barcelona, la venta de muñequitas vestidas de flamenca y toritos de peluche. Se le han tirado al degüello, mas he de salir en su defensa.

No, no, Huguet no quiere prohibir las muñequitas flamencas, las Barbis tipicalespanis, las Nancis de faralaes, para erradicar los símbolos que relacionen a Cataluña con España (y más concretamente con Andalucía, la esencia de España, manque haya sentado plaza de «realidad nacional»). No es que Huguet esté contra las muñequitas flamencas: es que está a favor de la innovación tecnológica. Con su decisión quiere impulsar la artesanía pancimartele-visó. Es el único que se ha dado cuenta de los gravísimos problemas no resueltos en un asunto fundamental para la cultura material de nuestro tiempo: el futuro de lo Pancimartelevisó.

—¿Qué es eso de Pancimartelevisó?
—Pues «para encima del televisor» en inmersión lingüística andaluza.

Las muñecas vestidas de flamenca, imagen de España en el mundo, de la misma ilustre familia andaluza que el toro de Osborne o el sombrero de ala ancha de Tío Pepe, fueron creadas en 1928 por el imaginativo artesano don José Marín Verdugo, en Chiclana de la Frontera. La Chiclana de Paquiro y de Mendizábal, el camino sembrado de flores de la «Chiclanera» de Angelillo. Por su creador, tales figuritas son conocidas en todo el orbe gaditano como las muñequitas de Marín. Que tuvieron su gran desarrollo gracias a la expansión de la TV. El televisor llegó a todos los hogares, pero los españoles vieron que su superficie superior quedaba muy sosa, desangelada.

Le pusieron pañitos de croché, como habían hecho con la radio. No daban bien. Probaron con figuritas gallegas de curas con paraguas; con cerámicas de las casas colgantes de Cuenca; con miniaturas de hórreos y potes gallegos. No resultaban. Hasta que alguien encontró el complemento perfecto pancimarte-levisó: ¡la muñequita de Marín! Bueno, y si junto a la muñequita con su larga bata de cola, o con su traje de flamenca faldicorto tipo Marisol, ponían el torito negro tus ojos con divisa rojigualda, haciéndola como ganadera salmantina de la copla, ni te cuento. La suprema estética kitsch, quintaesenciada si el televisor estaba, además, colocado en el mueble-bar. La fábrica chiclanera de Marín alcanzó su máxima expansión con la popularización de la TV, y llenó los muebles-bares de toda España. No importaba que el receptor fuera enchufa el Askar o Telefunken, si pancimartelevisó había una muñequita de Marín.

Hasta que llegaron los receptores de plasma, las planísimas pantallas, y encima del televisor... ¡no se podía poner absolutamente nada! Es como si Carmen, con la navaja de su liga, hubiera apuñalado mortalmente a la muñequita de Marín. O como si su compañero el torito enamorado de la luna del televisor le hubiera metido el cuerno por el escritorio, como a la Tía Norica. Y aquí viene la nunca bien ponderada acción política del señor Huguet, qué visión de futuro. El señor Huguet no quiere que los turistas que visiten Barcelona sientan la frustración, como se han dado muchos dolorosos casos, de que compren una muñequita de Marín pancimartelevisó y luego lleguen a sus casas con ella y no tengan televisor donde ponerla encima, con tanta estrechísima pantalla de plasma. Dice que quiere impulsar la artesanía catalana pancimartelevisó, pero no sabe Huguet con quién se juega los cuartos: con la emprendedora gente de Chiclana. Me pongo lo que sea a que, con éstas, en dos semanas saca Marín su nueva perfecta muñequita pancimartelevisó... de plasma. Y con barretina en vez de peineta, por descontado.

Trapisonda propone regalar a toda la trouppe una muñeca hinchable –no del felpa-, para que se relaje.

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Composición original de F. Franco.

6.5.06

NUEVOS-VIEJOS MÁRTIRES DEL 36


Se reproduce abajo una página de Alfa y Omega, suplemento católico del ABC, que informa de la próxima beatificación de 53 mártires, todos asesinados durante la guerra del 36. Trapisonda, que tiene rectores de todo color, católicos surtidos, recios y blandos, sentimentales y de acción, se huelga en bloque por el hecho de que se reconozca el heroísmo supremo del martirio, porque sabe que si se muere por Dios se muere por todo lo demás del Universo. Si se muere invocando el nombre de Dios, se hace por la verdad, la justicia, la paz y por la Patria también. Vaya si por la Patria, sustento natural y terrenal de la fe que recibimos y transmitimos, y del afán de justicia, y de una cosmovisión trascendente.

Entonces, ¿qué le sobra o que le falta al artículo? Aquí se pone y, abajo, antes de la firma, se dirá el defecto, que no es lapsus; el error, que no es involuntario:

Mártires del 36, camino de los altares

La guerra civil, que se saldó con miles de muertos, costó también la vida, entre otros muchos, a 53 religiosos españoles que inician su camino hacia la beatificación con la aprobación, por el Papa Benedicto XVI, de los Decretos por los que se reconoce su entrega por Cristo. Todos ellos murieron en las primeras semanas de la guerra

Ya están más cerca de los altares. Se trata de 53 religiosos españoles que fueron asesinados en el año 1936, el año en que estalló la guerra civil. Entregaron su vida por Cristo, y el Papa Benedicto XVI ha querido reconocer ese sacrificio autorizando a la Congregación para las Causas de los Santos que se promulgasen los Decretos concernientes a esas Causas de beatificación. Lo hizo en la audiencia privada que mantuvo con el cardenal José Saraiva Mar-tins, Prefecto de esta Congregación.

Inician, así, el camino hacia la beatificación 53 españoles. Entre ellos, se encuentra el obispo monseñor Cruz Laplana y Laguna, que fue asesinado en Cuenca, entre el 7 y el 8 de agosto de 1936. Junto a él, asesinaron también al sacerdote don Fernando Español Berdié. El que fuera obispo de Ciudad Real, monseñor Narciso Estégana Echevarría, fue asesinado en esta ciudad junto con otros diez compañeros. El sacerdote Liberio González y otros doce compañeros fueron asesinados en Cruz de Barciene, el 18 de agosto de 1936.

El 22 de julio del mismo año, en Toledo, perdían la vida 16 carmelitas descalzos encabezados por el sacerdote Eusebio del Niño Jesús. Y siete franciscanos de la Orden de los Frailes Menores, encabezados por el sacerdote Feliz Echevarría Gorostiaga, fueron asesinados el 21 de septiembre de 1936, en Azuaya. El último Decreto aprobado por el Papa sobre mártires de la guerra civil pone en marcha el proceso de beatificación de cuatro Hermanos de las Escuelas Cristianas, encabezados por don Teodosio Rafael, que murieron entre el 6 y el 7 de agosto de 1936, en Boca del Congosto.

El camino hacia los altares de estos mártires se inició desde el momento en que dieron su vida por Cristo. Con los Decretos promulgados se pone en marcha el proceso de beatificación que, en los casos de las personas que han entregado su sangre por Cristo, no requiere el reconocimiento de milagros atribuidos a estos Siervos de Dios.

Durante la audiencia con Benedicto XVI, también se promulgaron otros Decretos sobre varios españoles. Se reconocieron los milagros de dos futuros Beatos españoles: la madre Margarita María López Maturana, que fundó el Instituto de las Hermanas Mercedarias Misioneras, y el sacerdote don Mariano de la Mata Aparicio, de la Orden de San Agustín.

Asimismo, también se reconocieron en varios Decretos las virtudes heroicas de cuatro españoles, don Ciriaco María Sancha y Hervás, que fue cardenal arzobispo de Toledo y fundador de la Congregación de las Religiosas de la Caridad del Cardenal Sancha; la madre Esperanza González Puig, fundadora de la Congregación de las Misioneras Siervas del Corazón Inmaculado de María; la madre Catalina Coromina Agustí, fundadora del Instituto de las Hermanas Josefinas de la Caridad; y la madre Dolores Márquez Romero de Onoro, fundadora de la Congregación de las Filipenses Hijas de María Dolorosa.

Y el error, buen lector es una carencia: en toda esta página, donde se ponen datos de cómo y donde fueron asesinados los mártires, no se dice ni una sola vez (entre cincuenta y tres ejemplos) quiénes eran sus asesinos. O sea, quiénes mataban a la gente de fe.

Es una buena medida católica el perdón. Es, además, exigible: Perdonar a nuestros enemigos. Nadie se queja de ello. Tampoco Trapisonda. Pero el olvido –con o sin perdón- es siempre un error, una falta de respeto hacia el futuro y los hombres del futuro, que deben saber que furiosas cosas mundanas llevan al asesinato en masa.

Y el olvido por motivos tácticos, o sea, el silencio culpable o cobarde, deja, además, la sombra de la duda para las generaciones que no fueron educadas en la memoria: En aquella guerra de 1936 había dos bandos enfrentados con las armas, pero sólo uno de ellos mataba a fondo en retaguardia, especialmente a sacerdotes y a gentes desarmadas. Si la Iglesia no identifica a ese bando, se traiciona a sí misma, traiciona a la verdad y, desde luego, a sus heroicos mártires.

Mártires que no lo hubieran sido de mantener una postura tan timorata como la Iglesia de ahora mismo, que es que no escarmienta o es que olvida lo peligroso que es enfadar al bando de los matarifes.

El Rector Subgeneral Manolo.

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3.5.06

LA ESTUPIDEZ COMO NOTICIA

Culo del Diario Menorca. Culo catalán.



Como gran noticia, sin duda.

En la Universidad Virtual de Trapisonda se opera bajo un parámetro intelectual que puede resumirse así para las masas: «Para salir del pozo has de saber primero que estás en el pozo». Como sin querer, este aforismo sirve para descartar a los necios, a los mansos, a los charlatanes y a los malvados que siempre dan una versión muy distinta de lo que de verdad saben. ¿Acaso alguien duda que si los que saben hablaran el mundo se calcinaría en segundos?

La noticia de estos días es la estupidez manifestada, que no siempre es estupidez manifiesta. Trapisonda se permite –porque es osada sin ignorancia- poner ejemplos de cierta malevolencia que quizá finge ser ignorante para dar gusto a poderes desconocidos o al riesgo de garrotazo y para contribuir al proyecto de Falsa Memoria Histórica, que no es cosa de la izquierda republicanota solamente, sino de la Derechona que trata de mantener en salvo los muchos millones de votos que, bien informados, pueden escapárseles a los liberales, responsables, con su malísima gestión del poder, de la crisis y de la propaganda del consentimiento, del advenimiento de Zapatero y de sus brumas.

El primer texto procede de un Académico de la Historia, hombre que se supone conoce lo que cita, pero que cita buscando el perdón del enemigo. Al osar hablar casi claro de la II República que vivió, necesita disculparse y…

LA REPÚBLICA QUE YO VIVÍ.

Fragmento de la Tercera de ABC a cargo de Manuel Fernández Álvarez, de la Real Academia de la Historia.

CUANDO se anda entre los diez y los catorce años evidentemente no se tiene capacidad alguna de decisión, pero sí plenamente de observación. Pues bien, esa era la edad que yo tenía cuando transcurría el devenir de la II República.
Y este es mi testimonio.

La II República irrumpió en la vida de España como un torrente de entusiasmo. El 14 de abril parecía que España se despojaba de un traje anticuado y que renovaba su ser. Y sintiéndolo así, la gente se echó a la calle a celebrar aquella jornada histórica.

Aún recuerdo aquel día. Es una imagen de las que se quedan grabadas de forma imborrable. Toda la familia asomada al balcón, viendo la multitud en la calle, entre cánticos y vivas. Y mi padre, gritando como ellos.

Era la esperanza de que España se iba, por fin, a modernizar. Y además, de forma pacífica, sin disparar un solo tiro.

Pero hemos de decirlo con pena: al menos, en cuanto a la convivencia pacífica, fue una esperanza que se fue esfumando.
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Imposible olvidar los desfiles de las Juventudes Socialistas; al menos, en el Oviedo de 1936, yo los pude contemplar. Marchaban al paso trepidante de la Internacional, un himno electrizante sólo interrumpido por los gritos reivindicativos, amenazantes, desafiadores y de una exclamación una y otra vez repetida: «¡Viva Rusia!».
La amenaza estaba en el aire.
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Inquietante era también, no sólo para la España de derechas sino incluso para los republicanos moderados, el desorden generalizado en que estaba entrando España entera, cada vez más a merced de los grupos radicales de izquierdas como de derechas, en los que había que incluir a las juventudes falangistas, cuyo jefe, José Antonio, encomiaba la «dialéctica de las pistolas».

Aquí, las cifras escuetamente señaladas lo dicen todo. Entrado el mes de junio este era el balance: 150 iglesias quemadas o destruidas, 269 muertes violentas de signo político, 1.280 heridos, más de cien huelgas generales y más de doscientas parciales. (No dice que lo copie del informe de Gil Robles en las Cortes, qué tío historiador) Cada día traía la noticia de un nuevo desatino. El desbarajuste era de tal calibre que el propio Indalecio Prieto tendría este lamento:

«No hay hipérbole alguna en afirmar que los españoles de hoy no hemos sido testigos ¡jamás, jamás!, de un panorama tan trágico, y de un desquiciamiento como el que España ofrece en este instante».

La cita de D. Indalecio está bien, es exacta. Como corresponde a un Académico de la Historia, pero la de José Antonio, que seguramente conoce de memoria, está falsificada a gusto de los buenos socialistas científicos y de los buenos liberales agachadizos. Lo que José Antonio Primo de Rivera dijo –en 1933 y no en el prólogo de la guerra- fue: «Bien está, sí, la dialéctica como primer instrumento de comunicación. Pero no hay más dialéctica admisible que la dialéctica de los puños y de las pistolas cuando se ofende a la justicia o a la Patria».

Que no es lo mismo ni remotamente: se trata de recordar la obligación de defender a la sociedad de los ataques terribles que quedaban sin respuesta legal, por puro miedo.

Aquí, otra cita; también de derecha liberal salida de la pluma de Antonio Burgos y plasmada en el ABC, como la anterior. Burgos, suma a ser liberal el ser monárquico y es de suponer que considera ofensivo para la monarquía ajamonada que se sepa y se recuerde que el escudo nacional del Águila de San Juan no sólo ampara el texto de la Constitución de 1978 sino que hasta entrados los ochenta, con los hermanos socialistas en el poder, no fue cambiado por el actual escudo mediante decreto ley. La constitución no menciona ni al uno ni al otro y, por tanto, ambos son insconstitucionales, pero menos el que figura en la portada de la edición príncipe de la constitución y en las muchas monedas de Juan Carlos I. En cuanto a la bandera: ambas son la misma. O eso parece: no se sabe ya.

Burgos lo sabe de sobra, pero acepta envilecerse al mentir conociendo la verdad incuestionable, y con mentira que pusieron de moda los social-comunistas. Se copia un parrafito de un algo que lleva el título de «Qué más da». Bien se ve que los cobardes se agarran hasta a un escudo ardiendo y éste nuestro tiene canguelo ante los aires del 1 de Mayo. Miserias de la condición humana cuando es condición de sierpe:

¿QUÉ MÁS DA?

EN un Primero de Mayo daltónico, las banderas rojas se volvieron tricolores. ¿Qué más da? A las viejas, nobles banderas rojas del Proceso 1001, de las Comisiones Obreras que dieron la cara frente a la dictadura, cuando contemplaron este sindicalismo de recebo, estabulado en los presupuestos del Estado, se le subieron los colores a la cara, de vergüenza, y se pusieron tricolores. La Cibeles, linda tapada con la tricolor. No Passssa Nada. Hubiera pasado si unos nostálgicos de los primeros de mayo con demostración sindical en el Bernabéu y corrida televisada del Cordobés le hubieran puesto a Neptuno. ¿Qué digo yo?, cualquier otra bandera anticonstitucional, la del escudo con el águila de San Juan mismo. ¿Qué más da?

Ay, pero el «¿qué más da?» es de dirección única obligatoria, de un solo sentido, de un solo carril, y hay que ser un conductor suicida para meterse en contramano

Y está muy lejos de la intención de Burgos ir a contramano por la senda de la verdad, dios le libre. Todos su artículos, bien escritos en general, no desaprovechan la oportunidad de dar a Franco su palo de reglamento, aunque sea a través de la bandera, que era la del rey Alfonso XIII y la del actual, con un escudo más histórico, sin duda, que el de los borbones, porque el escudo actual, oh, Burgos, es el de la familia y no el de España. Y es tan anticonstitucional o más que el que menciona el nostálgico.

No obstante lo visto, la mayor estupidez noticiable la comenten al alimón el catalanista y republicano Diario Menorca y el falso historiador Gabriel Cardona, que sólo historia sus reconcomios y frustraciones de rojillo cabezota y vuelve sobre el asunto que lleva tratando sin descanso desde hace 20 años: que Franco no era un estratega y, en todo caso, que no desarrolló una estrategia coherente. El tal Cardona es tozudo y maníaco en tercer grado, pero no historiador: hay que creer en su análisis de la estrategia de Franco, que es endeble, o sea, como si un monaguillo ateo criticara una encíclica del Papa. Más o menos.

Tampoco es, pese a lo que afirma, uno de los fundadores de los húmedos, o UMD. No es hombre para fundar nada y sí para alancear moros muertos. Ya se dice, reconcomio y la tolerancia, en 1 de Mayo, del diario clerical con todos los descendientes de quienes se incautaron de su periódico antepasado y expidieron al cielo a toda la clerecía, que hay que ver cómo perdonan los curas hodiernos a los que les mataron y cómo persiguen sin descanso a quienes les defendieron. O sea, por si las moscas.

Lean y pregúntense qué sería el ejército republicano si, con la ineptitud de Franco y la posesión de todas las zonas industriales españolas, no fue capaz más que de retroceder y de rendirse. Que esa es otra: mal piropo para el Ejército Rojo el haber sido vencido por un aficionado.

Menorca, 1 de Mayo. Página 13 (este 13 lo explica todo)
Utiliza un lenguaje inteligible para el público no especializado

Cardona analiza la historia militar de la Guerra Civil

El historiador menorquín presentó en Barcelona su último libro, en el que asegura que Franco "jamás desarrolló una estrategia coherente" [Libro subvencionado, naturalmente]

EFE

Palma
El historiador menorquín Gabriel Cardona defiende en su último libro titulado "Historia militar de una guerra civil" y publicado por Flor de Viento, que la combinación de "errores, carencias y malas voluntades" llevó a los dos bandos que se enfrentaron en España entre 1936 y 1939 a una contienda "militarmente disparatada".

Presentado en Barcelona, Cardona, uno de los fundadores de la Unión Militar Democrática, se adentra en su obra en el "tema inhóspito", según su opinión, de la historia militar de la Guerra Civil española y en un lenguaje inteligible para el lector no especializado analiza tanto las estrategias del ejército de Franco como las de los republicanos.

Conclusiones
La pregunta principal que intenta desentrañar a lo largo de las páginas de este trabajo es si Francisco Franco fue o no "un gran genio militar".

De sus años de estudio, Cardona concluye que "nunca llegaremos a saber si Franco fue realmente un genio o no, pero en mi libro identifico nueve ocasiones en las que el general pudo ganar la guerra, pero tiró para otro lado y alargó la contienda".

En el mismo prólogo del libro, el también profesor de la Universidad de Barcelona, asegura que "Franco jamás desarrolló una estrategia coherente, sino que fue saltando de un objetivo a otro, y su estrategia a salto de mata dilató la finalización del conflicto, rehuyendo la conquista de los objetivos fundamentales".

Respecto del bando republicano, asevera que "la capacidad militar de la República fue destrozada por la enconada discusión de cómo derrotar al enemigo".

Ante este panorama, sostiene Gabriel Cardona que "considerada militarmente, la Guerra Civil fue un verdadero desastre, una inmensa chapuza por ambos bandos". •

El Rector Subgeneral Tuto