12.5.06

CONSELLER CATALÁN, TERRORISTA

Vendrell, el "Conseller catalán" que fue terrorista

¿De verdad no le notaban nada en esta cara portentosa?

CONSELLER CATALÁN, TERRORISTA: Gabriel Vendrell

España nos tiene acostumbrados a maravillas que, cuando se cuenten en la historia, no serán creídas. Con motivo. La modernidad, basada en la negación de patrañas, no funciona aquí: todo es circense cuando no directamente esquizofrénico. Quizá algún día, cuando nos normalicemos, echaremos de menos la juerga diaria que nos traen los periódicos más que las cadenas de televisión.

No sabe nadie si existe una nación –contando las subsaharianas- donde se haya hecho jefe de policía a un terrorista confeso que fabricó y puso –al menos- dos bombas por cuenta de Terra Lliure y por las que no llegó ni a pisar la cárcel (tiempos del PSOE felipificado y del hoy encarcelado Vera):le bastó con pagar 500.000 pesetas, o sea menos de 5.000 euros. Sí hay socialismos que han pactado con terroristas, como Maragall con Vendrell, su “ministro” local de policía. O como Zapatero con Eta mediante el uso y abuso de Rubalcaba. Claro que del socialismo estamos bastante curados a fuerza de padecerlo durante el Siglo Asesino: el XX. Un jefe de policía que hace pocos meses se dedicaba también a la extorsión del cargo público y del funcionario flaco. Una joya.

Estamos a la espera de ver con qué noticia de humo cubre este asunto el gobierno y con qué vigor la oposición se entrega a su glosa. No nos hacemos ilusiones porque sabemos que una nación que lleva 31 años conviviendo con socialistas legales y comunistas no siempre ilegales, es una nación con el agua al cuello y con el sentido común varios palmos por encima de las cabezas más notables por su esmerada tozudez, cabezas que, en su momento, llegaron a argüir que no habría verdadera democracia sin una «pasada por la izquierda» y que ahora nos advierten para que asumamos que el socialismo vendrá sobre nosotros una y otra vez si es que alguien se las ingenia para achicarlo del poder. Si no, el socialismo permanecerá donde está, haciendo sus necesidades sobre los pobladores no comunistas de la Península y extrarradios.

Una vez más coinciden, en este asunto del Terrorista-mini Ministro, las dos causas fundamentales de los males de la Patria y del incremento de chalados: El socialismo y el separatismo que, como debiéramos recordar, también coincidieron en la aparición de la II República y en la catástrofe de la guerra civil. El mismo material pensante de «la pasada por la izquierda» nos dice, bajo su pobre responsabilidad, que el socialismo, hasta ahora mismo, era español, era patriota. Pensantes que, de golpe, han olvidado que el socialismo nace internacionalista y que eran los gobiernos socialistas los que permitían todo aquello de Viva Rusia, muera España.

Hay gente que todo se lo cree con tal de que otra gente, poco limpia y pura, se lo repita suficientes veces. Justo los tipos que no repetirán ni una vez más que hay un terrorista jefe de toda la policía de Cataluña, donde gobierna el PSC-PSOE, tan patriota y sensato como siempre.

Lea, pues, el que lo desee, hasta que se le hinchen las medidas y el júbilo le reviente por la cincha del caballo de Troya.

El consejero Vendrell cometió dos atentados con bomba como miembro de Terra Lliure

Una oficina del INEM y una hidroeléctrica fueron sus objetivos en 1989 y 1990

• Vendrell estuvo imputado en las diligencias previas instruidas por el juez Carlos Bueren, quien llegó a dictar prisión bajo fianza antes de acordar el sobreseimiento

NATI VILLANUEVA
MADRID. Xavier Vendrell, consejero de Gobernación de la Generalidad de Cataluña y, por tanto, miembro del Ejecutivo de Maragall, participó en la comisión de dos atentados terroristas como miembro de la ya disuelta Terra Lliure. Así lo reconoció él mismo en su comparecencia ante el juez de la Audiencia Nacional Carlos Bueren el 18 de diciembre de 1992. El magistrado dictó entonces prisión eludible con fianza de 500.000 pesetas para Vendrell, imputado en las diligencias previas abiertas contra aquella organización terrorista y sobreseídas en enero de 1996.

Secretario de Organización y Finanzas de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y consejero tras la remodelación del tripartito catalán el pasado 20 de abril en medio de una gran polémica —pues era el firmante de las cartas en las que exigía cuotas para el partido al personal de la Generalidad—, Vendrell confesó voluntariamente que perteneció a Terra Lliure y llegó incluso a identificar a otros miembros de la organización terrorista, en la que ingresó en marzo de 1989 y en la que se mantuvo hasta junio de 1991, momento en el que Terra Lliure hizo pública su disolución. En este proceso Vendrell participó junto con «otras personas» de forma activa, según confesó él mismo al magistrado Carlos Bueren. [Le faltaba este detalle: Soplón]

Responsable del Bajo Llobregat

En los dos años en los que el ahora consejero de la Generalidad fue miembro de la organización terrorista participó en dos atentados: el primero, el 8 de septiembre de 1989, contra la oficina del INEM de Hospitalet de Llobregat (Barcelona); el segundo, el 7 de abril de 1990, contra la compañía Hidroeléctricas del Segre en Olesa de Montserrat (Barcelona). Fue el propio Vendrell quien escogió los objetivos, pues la única orden que había recibido de Terra Lliure era la de atentar en la comarca del Bajo Llobregat, donde él «se movía». En este sentido, y siempre según su confesión, voluntaria, la organización nunca le manifestó su interés por cometer atentados contra objetivos concretos, sino que los dejaba en sus manos. Xavier Vendrell explicó al magistrado que con anterioridad a su militancia en Terra Lliure había iniciado su trayectoria política en el Moviment de Defensa de la Terra (MDT) y que fue en su seno donde conoció a «gente» con la que luego coincidiría en la organización terrorista, entre ellos a Gustavo Navarro, a quien identificó como una persona «activa en el movimiento político y partidario de la lucha armada». De su comparecencia ante Bueren se deduce que fue este individuo quien le puso en contacto con Terra Lliure, una vinculación que le llevó a asistir a la IV Asamblea de la organización, encuentro al que también acudieron Gustavo Navarro y Jordi Vera, ambos imputados junto con otras seis personas, en la instrucción de Terra Lliure. Estas diligencias fueron sobreseídas mediante auto de 31 de enero de 1996 porque las declaraciones de los imputados, el abandono voluntario de sus actividades delictivas y su confesión se encuadraban en los artículos 57,112 y 113 del anterior Código Penal y en el 637 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

Vendrell declaró ante Bueren que en esa IV asamblea «se le pidió» que cuando la dirección de Terra Lliure marcase el inicio de determinadas campañas, él se encargase personalmente de llevar a cabo las acciones terroristas en el Bajo Llobregat. Precisó, además, que durante una temporada, la que coincidió con la celebración de las elecciones europeas de 1989, Terra Lliure apenas tuvo actividad, pues se dedicó a desarrollar «actividades políticas».

«Campaña» contra la Monarquía

El actual consejero de Gobernación del tripartito (y ex secretario general de Josep Bargalló) aseguró también que durante el tiempo que permaneció en la organización terrorista se trasladó a Francia en varias ocasiones para asistir a reuniones en las que la dirección de Terra Lliure perfilaba sus «campañas». Una de ellas fue con motivo de la visita del Príncipe de Asturias a Cataluña en abril de 1990. Fue entonces cuando Terra Lliure voló el busto de Don Juan Carlos en San Cugat del Valles (Barcelona) y Vendrell se ocupó personalmente del atentado contra Hidroeléctricas del Segre, compañía situada en Olesa de Montserrat. Ésta fue su segunda acción terrorista, cometida siete meses después del atentado contra la oficina del INEM de Hospitalet de Llobregat, objetivo que escogió sin que nadie se lo pidiera. Ni en uno ni en otro hubo víctimas.
Vendrell confesó también al juez que él no reivindicó ninguno de los dos atentados en nombre de Terra Lliure, pues él se limitaba a informar a Gustavo Navarro de su comisión y «se imaginaba» que era él quien se encargaba de atribuir la autoría de los ataques a la organización terrorista.

Además de Gustavo Navarro y Jordi Vera, el consejero de Gobernación se refirió también a Pere Bascompte, quien fue considerado dirigente de Terra Lliure por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. La mención que en su declaración hizo de este individuo, detenido en 1989 en virtud de una orden de busca y captura internacional, fue que era uno de los presentes en las reuniones de Francia en las que Terra Lliure establecía el contenido de sus «campañas». (Bascompte se había refugiado en el país vecino después de quedar en libertad por un error administrativo cuando había cumplido sólo dos de los nueve años de prisión a los que fue condenado).

El hecho de que a esas reuniones asistiera un número tan reducido de personas, que Vendrell se codeara con. el «cabecilla» Bascompte y la autonomía de la que disponía para fijar sus objetivos apuntan a que el actual consejero de Maragall habría ocupado un puesto destacado en Terra Lliure como responsable de la comarca del Bajo Llobregat

El dirigente de ERC fabricó y colocó los explosivos en las dos acciones terroristas
N.V.

MADRID. El consejero de Gobernación de la Generalidad no sólo confesó ante el juez que fue militante de Terra Lliure y que como tal había cometido dos atentados, sino que aseguró que fue él mismo quien confeccionó los artefactos explosivos que colocó en los dos objetivos que él mismo escogió como responsable de Terra Lliure en la comarca del Bajo Llobregat: la oficina del INEM de Hospitalet y la compañía hidroeléctrica de Olesa de Montserrat. Así, en su confesión ante el magistrado Carlos Bueren, el ex diputado de ERC explicó con todo detalle cómo consiguió y elaboró el artefacto de su primera acción terrorista, la del 8 de septiembre de 1989 en Hospitalet de Llobregat.

Así, relató cómo acudió a un local del Moviment de Defensa de la Terra (MDT) —partido independentista en el que militó antes de entrar a formar parte de Terra Lliure— a buscar clorato potásico, pues su compañero Gustavo Navarro (que le acompañó a esta sede) le había dicho que allí podrían obtenerlo

Una vez conseguido este compuesto químico, ambos se dirigieron a una furgoneta y ya dentro de ella Vendrell se encargó de mezclar el producto con otros idóneos para la fabricación de explosivos».

A continuación introdujo el resultado de la mezcla en una bombona de camping y, según recordaba, arrojó la mezcla sobrante por una alcantarilla. Una vez confeccionado el artefacto explosivo lo depositó en la oficina del INEM de Hospitalet, una acción que él no llegó a reivindicar, pues dio por hecho que lo haría Navarro.

Tanto este objetivo como la compañía hidroeléctrica fueron elegidos por Vendrell y no respondieron a ninguna orden de Terra Lliure, ya que, según sostuvo el ahora consejero de Maragall en la pieza de confesión, la única «responsabilidad» que tenía era la comarca del Bajo Llobregat.


A partir de 1992, Carod-Rovira integró al terrorismo
independentista en ERC. Terra Lliure desapareció, pero
esta formación carga con una pesada herencia

De «la lucha armada» a la administración

TEXTO: MARÍA ANTONIA PRIETO
BARCELONA. A ERC se le atribuye el mérito de haber desactivado lo que denominaba la «lucha armada» al acoger en su seno, a mediados de los noventa, a los dirigentes y activistas de la organización terrorista Terra Lliure, de la que formó parte el consejero Xavier Vendrell.

Terra Lliure nació en 1979, aunque su «presentación en sociedad» tuvo lugar el 23 de junio de 1981 en el Camp Nou, en el marco de la campaña «Somos una nación». Integrada por jóvenes procedentes de otras organizaciones radicales como Exércit Popular Cátala y el Front d'Alliberament, Terra Lliure se dedicó a atentar contra intereses del Estado en Cataluña y contra todo aquello que consideraba propio de la simbología española. [No es Trapisonda la que mezcla español con catalán en estos escritos]

Uno de sus principales atentados fue el secuestro, en junio de 1981 del periodista Federico Jiménez Losantos, impulsor del «Manifiesto de los 2.300», que denunciaba la discriminación de los castellanohablantes. El periodista fue liberado unos días después tras recibir un disparo en la pierna. En 1987, los activistas de Terra Lliure colocaron una bomba en el juzgado de la localidad ilerdense de Borges Blancas. La pared de una vivienda situada junto al juzgado se derrumbó provocando la muerte de una mujer.

Este asesinato, así como la consternación que provocó el atentado de ETA en Hipercor —Juan Carlos Mon-teagudo había abandonado Terra Lliure para lanzarse a los brazos de ETA—, lleva a los dirigentes de la organización terrorista, Pere Bascompte y Jordi Vera, a replantearse el futuro de la banda. Sin olvidar que la organización independentista estaba en horas bajas ya que en el periodo comprendido entre 1984 y 1989, varios activistas murieron mientras manejaban artefactos explosivos y otros muchos fueron detenidos.

Negociaciones y disolución

En 1991, se empiezan a producir las primeras deserciones y los primeros contactos con ERC. En 1992, el juez Baltasar Garzón ordena la detención de unos sesenta militantes, coincidiendo con la celebración de los Juegos Olímpicos de Barcelona. Es en ese momento cuando el entonces presidente de ERC, Ángel Colom, y el hoy líder del partido, Josep Lluís Carod-Rovira, se implican directamente en las negociaciones con quien era secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera. Se llega así a una solución: ERC avala el proceso de reinserción de los presos, los acoge en el partido y los compromete en la vía democrática. La disolución formal de Terra Lliure no se produjo hasta septiembre de 1995.

Como consecuencia de este proceso, los cuadros medios de ERC son dirigentes procedentes del independentismo radical de los ochenta. Los jóvenes que en su día apostaron por la violencia, hoy se encuentran en el segundo o incluso en el primer nivel de la administración autonómica. El caso más emblemático es el de Xavier Vendrell, quien tras pasar por Terra Lliure, Catalunya Lliure y el MDT ejerce, hasta que Maragall lo remedie, de consejero de Gobernación.

[Tomado del diario ABC]

Algo es cierto: todo lo dicho no se le olvidará a nadie que lo haya leído, tan bien define la situación de esta decadente España desorejada.

NOTA: El Diario Menorca, que tan buenos ratos hace pasar a los rectores de Trapisonda a causa del sectarismo catalanista, nada dice del terrorismo confeso de Vendrell, es de suponer que para no molestar a los buenos separatistas menorquines, ni al clero aborigen, que también lo es.

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