5.7.06

EN EL METRO DE VALENCIA

El tristísimo asunto del metro de Valencia ha dado que hablar y más que dará si no se esmeran en explicar los hechos con algo más de sinceridad. O sea, no se sabía la causa de lo que sucedió entre las estaciones Plaza de España y Jesús, pero ya estaban seguros de que era un accidente.

Siguiendo las normas de desinformación, bailaban los números de muertos y de heridos, más las nmisteriosas causas: desplome del techo del túnel, rotura de una rueda de acero de la locomotora y, en suma, han acabado haciendo lo mismo que en el avión derribado sobre el monte Oiz, que aún no han reconocido como atentado, aunque se llevaron la caja negra a USA con la excusa de que allí la interpretarían mejor y, si la han devuelto, nada más se ha sabido. En cualquier caso echaron la culpa al piloto, muerto que no podía defenderse. Ahora, con el metro, la culpa también es del conductor del tren, que iba como un loco.

No han enseñado todavía el interior de la estación de Jesús ni menos cómo quedaron los vagones en el túnel. No lo harán ya, y ellos sabrán por qué. Seguramente porque andando en pactos y conversas con el terrorismo no luce nada que el terrorismo venga-de-donde-venga, mate a tantos en una fecha que les garantiza la difusión de la salvajada.

Aún así, salió una víctima que afirmó en TV que había oído una explosión y visto humo negro. Atra, de genitalia varona, mostró quemaduros y lo ratificó de palabra: estoy quemado.

Un corresponsal de Valencia, nuestro Rector Perezoso, acaba de mandarnos unos detallitos más que tienden a poner en discusión la versión autorizada por el poder pegajoso que reina en España. Se copia su mensaje al Rector Magnífico:

"Te doy solo un par de perlas del periodico de ayer:

- El sindicato mayoritario en FGV (Ferrocarriles de la Generalitat Valenciana), CCOO, advierte que las cajas negras son defectuosas y "a veces funcionan, a veces no". A medida para el asunto.
- José Antonio Muñoz Pérez, viajero, de 60 años, en una larga declaración dice "fuego no habí­a, pero se notaba humo". Toma, claro... de los nervios se pondrían a fumar."

El mejor consejo para sobrevivir cerebralmente en España y sus contradicciones es éste, aprobado por la Junta de Rectores de Trapisonda. "No creas más que enlo ficticio".