24.4.06

SE LEEN LAS SEÑALES


No estaría bien que éste fuera el último guardia civil



La Junta Permanente de Rectores de Trapisonda anda perpleja. O sea, dice que anda perpleja, pero lee perfectamente las señales que pocos osan interpretar. ¿No basta ver una manifestación de guardias civiles en la que están y hablan los jerarcas de los sindicatos de izquierda inmoderada y donde los guardias mismos se dejan arengar por el viejo José Sacristán, que todos saben de qué pie salta? Como poco, extraña su presencia. Como mucho, tal parece que la extrema izquierda anda aplicando los viejos métodos que siempre le han servido: no tiene por qué cambiar:

Primero, la infiltración en el socialismo, que, diga lo que diga Zapatero, no es lo bastante rojo para el comunismo. Ahí tenemos al fiero comunista López Garrido de Portavoz del PSOE en el parlamento. Después, la creación de grupos sindicales donde no puede ni debe haberlos: en la Guardia Civil se entró sabiendo lo que significaba, y sus carencias, y su duro trabajo, del que debe enorgullecerse. Por último, la desmilitarización del cuerpo y la constitución de aquellos grupos a la usanza de los sindicatos de soldados y de clases que tan bien dividieron en los prolegómenos de la guerra del 36. Y antes.

El gran problema de la Democracia Española es que no hay demócratas sino sucesivas estrategias para la toma del poder y su uso totalitario, es decir, haciendo leyes que jamás se cumplirán y recitando derechos que nunca se cumplen. Tenemos a los jueces divididos en asociaciones, o sea, politizados. Y a los clubes de fútbol. Y a los guardias municipales que, además, poco mueven el rabo si no es por agradecimiento al político que los enchufó. A la policía nacional, que, bueno, o sea, que como mínimo es rara.

En España –se sabe desde hace siglo y medio- todo se politiza. El virus no respeta nada: ni a la familia, ni la Iglesia, ni al profesor, ni a la Historia, ni al criterio editorial, ni a las ayudas oficiales, ni a la construcción. Y ahora han decidido que le toque a la Guardia Civil. Ahora, cuando nadie se fía de lo político ni de los políticos, el rojillo Sacristán arenga a la Benemérita. Dios nos coja confesados.

Si tampoco te podrás fiar de la Guardia Civil, ¿de quién entonces? Se la acusa, como se verá en la cartita que se reproduce, de ser un modelo de seguridad basado en la sociedad del finales del Siglo XIX. Olé. ¿Y en qué sociedad están basados el socialismo, el comunismo y el liberalismo? ¿Acaso en el Siglo XXI? Es inútil decirlo porque hay mucho interés en mentir y suministrar ruedas de molino, pero el Progresismo (que iniciaron los liberales) es asunto de la primera mitad del Siglo XIX. Lo demás, pejigueras.

Y la Guardia Civil puso orden en el Siglo XIX y en casi todo el XX. Que a lo mejor es lo que no se desea que haga ahora, porque la legalidad republicana impone el desorden y el desmadre. Al menos históricamente.

«Decepcionados y desengañados»

Hace ahora dos años, el PSOE se presentó en campaña electoral con un programa que contenía una serie de reformas en materia de seguridad ciudadana y otras muy concretas que afectaban a la Guardia Civil. A día de hoy, muchos guardias civiles nos encontramos decepcionados y desengañados. Aquel programa prometía unificar el mando de Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía; unificar unidades centrales de ambos cuerpos; crear una secretaría nacional de Policía Científica; homologar las normativas de Guardia Civil y Policía; legalizar las asociaciones en la Guardia Civil; suprimir el arresto y modificar el régimen disciplinario del cuerpo, así como eliminar la aplicación del Código Penal Militar. Ninguna de estas reformas ha sido puesta en marcha. Quiero hacer un llamamiento a todos los ciudadanos para reclamar un modelo policial de corte federal (un cuerpo de Policía estatal y un cuerpo autonómico en cada comunidad). ¿Es eficaz encontrarnos con hasta cuatro cuerpos policiales? ¿O generará más descoordinación, más afán de protagonismos, más ocultación de información, más descontrol e ineficacia? Los ciudadanos no se merecen este modelo de seguridad pública, basado en la sociedad española de finales del XIX.
• JESÚS MOLINS CUITARTE. AUGC ARAGÓN