3.4.06

7,7 PUNTOS DE VENTAJA PARA VENTAJISTAS

ASESINOS PARA UN VOTO

Hay quien opina que existe una “euforia del alto el fuego”, culpable, sin duda, de que el Psoe, tras todas sus maravillas, se haya despegado del PP 7,7 puntos en la intención de voto. Las opiniones son libres precisamente porque no lo son, o sea, se paga por una opinión “científica” que diga lo que conviene decir.

La exhibición de loa sectaria que siguió a la cosa del Alto El Fuego Permanente podrá pasar a los manuales como forma elegante de dar la vuelta a la tortilla sin que el adversario se entere de qué le está sucediendo. Como en el 11-M. En cualquier caso, el socialismo nació como perversión de la perversión liberal y nació preparado para devorar a la derecha de rumiantes y herbívoros, o sea, como animal de presa y carroñero. Se ve que el liberalismo no tiene incorporado el método para defenderse de su depredador y, aunque se da a la fuga, acaba masticado y comido.

De hecho, hay una enseñanza fundamental que nadie quiere ver: no se puede combatir a un enemigo desde una posición semejante; desde unas ideas que están entrelazadas con las del contrario ni desde la aceptación de un sistema que favorece al contrario. Tarde y mal la gente va comprendiendo que la democracia liberal es incompatible con los derechos humanos y hasta con su propia legislación que se vuelve, normalmente, un acto de propaganda: Un mundo donde máquinas maravillosas te dicen a domicilio cómo es bonito vivir, qué debes pensar de cada cosa y, en su defecto, lo bien que te va sin pensar en algo determinado, no es un ejemplo de libertad. Como no lo es que se apele a técnicas psicológicas bien conocidas para implantar la semilla del voto a quien se distraiga un momento.

Este es un sistema decidido a ser El Sistema: así, para siempre. Hemos alcanzado el óptimo y cualquier cambio sería a peor, salvo el regreso esperanzado a la legalidad republicana. La democracia a la española que tanto trabajo dio al sepulturero. Y así será porque el partido de la derecha, que aglutina muy variadas sensibilidades, no es derecha sino liberalismo y tiene su internacional, como el socialismo pero en terciopelo rosa. Su lucha no es tanto contra el socialcomunismo sino contra quienes tienen un caladero de votos que nunca irán al Psoe pero sí al PP si se les asusta lo suficiente y se llega al voto del miedo como mal menor. Luchan por hacer imposible cualquier reacción que pudiera quitarles de su privilegiada oposición.

Pero nótese que ha bastando que unos asesinos dijeran cuatro palabritas pactadas con el gobierno socialista y con el socialista del gobierno, ha bastado la palabra de unos asesinos, para volcar de nuevo el futuro del lado del Psoe, o sea, para mantener las cadenas de esta sociedad en manos de los que saben ser mejores carceleros. Asesinos cambian el futuro de España una y otra vez.

Si el Psoe gobierna no es por su mérito, que no brilla especialmente, sino por el demérito de su adversario. Los errores del PP también los paga España y tal parece que estamos condenados siempre a volver al Psoe, se hagan los cambios que se hagan, si es que en esta segunda vuelta el Psoe se deja apear del burro, cosa dudable. En la II República, tras el primer gobierno rojo (pongamos como Felipe) vino el primer gobierno de la derecha (pongamos Aznar) y, tras éste, los victoriosos rojos decidieron no volver a correr el albur y proclamaron la revolución. Este es el simple esquema de cuanto pasó y el simple esquema de cuanto puede pasar.

Si el Psoe ganó hace dos años, se debió a que un partido supo manejar la situación con más pericia que el otro y así, por dejadez y falta de inteligencia electoral, el PP perdió con los pronósticos a favor. El PP es responsable subsidiario de esto que pasa, de que un manifiesto de los asesinos fortalezca al Psoe, y de lo que pueda venir, que vendrá, en este angosto camino de convertir el Estado en Dios que decide qué es el bien y qué es el mal y hacia qué despeñadero nos lleva bien callados cuando no amordazados.

Aquí hace falta otro Serrano Suñer para decir ahora “El PP es culpable”, además de distinto y distante. Culpable de no haber yugulado a tiempo el “estatut” cuando tuvo todo el poder para ello. Culpable de practicar el mismo catalanismo en alguna región sin remedio (Baleares). Culpable de no haber acabado con el terrorismo durante sus cuatro años de mayoría absoluta, tiempo más que suficiente para aceptar y ganar la guerra contra el terrrorísimo. Pero le fallaron los colgantes, del mismo modo que no tuvo el coraje de derribar la ley del aborto, mortandad más que atómica. Los otros sí se atreven al derribo. Y lo hacen muy bien, por si el fofo Rajoy, el rajoy de pueblo, no se ha enterado.

El Rector D'antes

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