22.3.06

¿ETA VA, VIENE O LAS DOS COSAS?

Etarrata. Fragmento de Jota Efe

GRANDES NOTICIAS A LA DERIVA.

-Veamos la Historia, la sucesión de sucesivos acontecimientos como la definió su inventor, Homero, famoso ciego padre de Ulises, que desenterró el mito de Troya, demostrando que había ardido. Aquí muere Aquiles con todos los filisteos, dijo el rey Príapo.

Consideremos la filosofía, inventada por Cirano de Siracusa cuando contemplaba un eclipse, después de hundir barcos con un espejo y descubrir el teorema de Pitágoras: la Filosofía, noble arte, se basa en que nada es lo que parece y eso es lo que permite la existencia de los abogados; lo que nos lleva a las leyes perecederas, es decir, hecha la ley, hecha la trampa y, entonces, se pudre. A propósito. Por eso hubo que marcar lindes y surgieron o se decantaron leyes del espíritu y leyes de la materia que fueron atesoradas por los hermanos Marx, bien conocidos en Hollywood, donde vinieron a decir “sólo está bien y es de provecho lo que se nos ocurre a nosotros; más madera”. Y, al formularlo, se les ocurrieron la Plusvalía, la Guerra Fría y la Ley para la Reforma Política, que dijo “A es No-A”. Y era verdad.

Veamos la religión: quien a hierro mata, a hierro muere, pero puede ser con bastón. Si matas lo bastante no mueres lo bastante, lo que es una gran ventaja, como se ve en El Carro del Heno, de San Juan Bosco. Esto nos lleva a los asesinos, que son de dos clases: los de Ágatha Christie y los comunitas, según se mate de uno en uno o de mil en mil. Observemos el comunismo, fundado por la secta de los fumadores de porros en Etiopía, con la reina de Saba, la mujer de la Vega de África; languideció hasta que Santiago Carrillo le dio nuevos bríos en el Siglo XIX, cuando pintó el cuadro “Jóvenes aburridos cortando la cabeza de un general, junto al Jarama”, de Sánchez Ferlosio.

Veamos la propiedad de la tierra. Los políticos, después de leer la declaración de la independencia de Benjamín Franklin, no tuvieron más remedio que advertir que las Vascongadas eran suyas por herencia divina, se pusieron una capucha o capuz sobre la boina y empezaron a fabricar goma-2 para liberar su mundo y para oponerse a Francisco Franco, que montaba a caballo el 18 de Julio. Con el tiempo los encapuchados se pusieron todos el mismo nombre, ETA, menos uno que era Otegui y tenía tos. Entonces se hizo el desarme, aunque aún es pronto para saber quién se desarmó. Consideremos la sustracción: Hace dos años los de ETA habían asesinado a mil distraídos. Hace un año sólo eran novecientos los asesinados. Sustraer cadáveres quita dramatismo. Ahora son ochocientos, gracias a la paz. Y mañana, sin duda, sólo quedarán setecientos muertos certificados, de modo que las asociaciones de víctimas se irán disolviendo y facilitando el tráfico por las avenidas. Todo son ventajas, como Don Quijote en Barcelona, catálogo de angustiosas cortesías.

Consideremos el desarme: es un voto socialista que conseguirá que Franco y Bush también se desarmen y que no haga falta poner bombas a los moros en Atocha y otros lugares que frecuentan los días 11 de Marzo, porque Roma, tras dos milenios, podrá volver a pagar traidores, que sólo son una fórmula de oposición.

O sea, yo soy Zapatero el Pacificador y España toca a su fin, es decir, alcanza su destino como en una hermosa comedia de Ezquilo, el inventor de la Danza del Sable de Kachaturian. Y de la Ezquilofrenia.

Por la transmisión, Universidad de Trapisonda.