25.2.06

LA BUENA NOTICIA ES LA MALA

En el noticiario se han destacado algunas de las personas que han hecho presencia durante la semana. En España, la cosa ya es definitivamente surrealista folclórica. Cuando a una nación la gobiernan grandicapullos, cachilelos, piernisueltos, boquirrubios y cabinecios, la nación acaba en los cerros de Úbeda y en la Luna de Valencia, además de en Babia, lugar hermoso pero aislado. Y como se habla de hermosura, empezaremos con una sonrisa que se convierte en carcajada.

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De la sonrisa a la carcajada

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Noticiario al galope.

España lleva tres siglos en la cuneta del mundo. De su cuerpo caído se descuartizó el mundo y se hicieron astillas de sus perlas y sus glorias. Ahora se exige un poco más: el corazón de España, menor aún que la Hispania Romana, ha de ser destazado. Un chisgarabís como Carod, un hombre para un minuto apenas, obliga al Congreso a dar una versión falsa del 23-F de hace 25 años. Todos pararon aquella cosa que no fue un golpe de estado. Todos, heroicos, se pusieron firmes contra el Ejército hasta vencerlo. El Rey, nada. Los partidos, los sindicatos, las gentes de mal caer y de mal llevar: ésos fueron los valientes, aunque en el Congreso estuvieran bajo los pupitres y en la calle en paradero desconocido.

En la casquivana Barcelona, tras cumplirse uno de los últimos detalles del pacto por el estatuto, el alcalde Clos (cerrado de nombre) comete la estupidez clásica del recluta enfadado: Que se fastidie el coronel que hoy no como rancho”. Le regalan lo que no se había regalado ya a Barcelona en tiempos de Franco, los últimos retazos de Montjuich, con una levísima condición: Que ondee la bandera española, aunque en compañía de la catalana y la barcelonesa, y que haya un retén militar allí. Clos echa las patas por alto: Ah, no. ¿Qué es eso de imponernos la bandera española? No acepto el regalo, que se fastidie Zapatero, que no lo quiero. O sea, majaderos por todas partes. Polisecos, multinecios, sesihendidos, gilibarbas y corrediablos.

Felípez, cuya boca es un matadero del sentido, regaña al PP porque, según él, hay que estar con el Gobierno aunque se equivoque. Como en la Legión: ayudar al compañero con razón o sin ella. Pero resulta que, de momento, el PP no es compañero del PSOE, y el Pose no tiene mucho que ver con Zapatero para ser sinceros. El tío se anda saltando leyes para dar a Cataluña el botín de Endesa, mucho más barato de lo que ofrece E.ON. O sea, despojando a la ligera a los ciudadanos que tengan ahorros en la compañía aún española. ¿Y la ley? Pero ¿quién cumple la ley hoy en día? La Ley es de derechas. Como fumar. Joder, no. Joder al personal es de izquierda separatista.

Y España con más moros que cuando Muza, haciéndose la sorda ante las reclamaciones musulmanas, no sólo marroquíes, para “recuperar” el reino de Granada. Y el resto de España también, qué diablos. Moros ocupando plazas importantes de grandes ciudades y usándolas para ponerse culo al aire y echar una rezadita a su falso profeta y a su falso dios, que eso es lo que creemos los católicos, con más razón que nadie porque la morería interrumpió lo que hubiera sido una evolución pacífica de la España gótica que, sin ocho siglos de ruptura y batallar, hubiera llegado a esta Año de Dios del 2006, sin la divisiones tozudas que causaron los sucesivos musulmanes que vinieron a dar la lata. Si hoy Cataluña anda como a la deriva y encandilada con la separación romántica, a los moritos se lo debemos. Sin duda. Y les bailamos el agua porque, cuando voten, conviene que lo hagan al progresismo: ya ven las gentes más carcas del universo eligiendo progresismo que, bien mirado, es la carcundia con patas, la que lleva 125 años sin mover ni un pelo del bigote de Pablo Iglesias y configurando a pintorescos como Felípez y el Zapa, que no es mala jugada revolucionaria echarnos encima a gentes mal terminadas.

Mientras, dicen que hay un petrolero embarrancado en el norte, pero nadie clama, nadie se estremece por la posibilidad del desastre ecológico. Desastre oficial sólo hay uno, el Prestige, con los faldones teñidos por la guerra del Irak. Desastres privados, los que guste el lector. Zapatero, Maragall, Carod, Mas, de la Vega, la de Agricultura como-se-llame, Izquierda Unida al completo, Polanco, los periodistas venenosos como Sopena, es un decir, y la entrega de España a los financieros universales.

Dios nos guarde, pero sólo si empezamos nosotros a guardarnos también. No es que las cosas vayan mal, es que no van de ninguna manera y ahora, en carnaval, no distingues las mascaritas de las caras desnudas, tal es la confusión general de los arrebatacapas dispuestos a llevársenos no ya los cuertos sino los espíritus. Os robo y os fastidio, sí, pero creed en mí, porque yo soy el camino. ¿Hacia dónde, maestro? Hacia la Solución Final, que ya veremos como nos la diseñan.

Arturo Robsy.