30.1.06

NOTICIAS CUATERNARIAS

Esta fue la inauguración del asunto de los Militares Trogloditas, de cuyos antepasados se puede ver una imagen fósil aquí.


REVISTA DE PRENSA POR JUAN PEDRO QUIÑONERO

DESIERTOS Y GEOLOGÍA NACIONAL

Desconocido el rumbo definitivo del navío, Le Temps estima que, en definitiva, «lo que está en juego es la definición misma de España», «definición» que suscita muchas preguntas sin respuesta, no sé si «audaces» o «problemáticas», ya que los observadores más diversos anuncian movimientos geológicos de insondable calado. Der Standard, por ejemplo, presagia corrimientos de tipo gubernamental, que considera inevitables a la luz de los movimientos políticos de fondo. Liberation y Die Welt coinciden en subrayar la dimensión volátil e incendiaria que ha tomado en España la palabra nación, utilizada aquí y allá con alguna ligereza. En otro plano, el New York Times publica un editorial titulado «Trogloditas militares en España», invitando al PP a «cambiar y avanzar», ya que, a su modo de ver, «la democracia española necesita y merece un apoyo rotundo de ambos bandos». Por su parte, la Deutsrhianrifrink estima que la «agitación radiofónica» ahonda divisiones en terrenos inflamables.

Desde la otra orilla del Atlántico, la propuesta de Mariano Rajoy de convocar un referéndum suscita el interés de Nuevo Mundo y El Mercurio, que describe con precisión el complejo proceso que conlleva la convocatoria de un referéndum nacional de dimensiones a todas luces excepcionales, «ya que afecta al conjunto de los españoles».

En el cono sur americano, igualmente, La Nación subraya que los intereses españoles en Bolivia (comenzando por las inversiones de Repsol-YPF) comienzan a entrar en una fase crítica, «cuando el Gobierno de Evo Morales da el primer paso de la prometida nacionalización de todos los recursos naturales». Tocando otro tema sensible para el inmediato futuro español, Gulf Times recuerda las amenazas de sequía y desertización que vuelven a planear sobre todo el sureste español, cuando, afirma, los pantanos de algunas cuencas (Segura) «están vacíos al 90 por ciento». Muy alejado, por una vez, de la geología política y la desertización rural, el Herald Tribune se queda en éxtasis gastronómico ante el desfile por Madrid de grandes y pequeñas estrellas del firmamento culinario internacional. En ese terreno, los antiguos modelos de Adriá y Arzak han proliferando de manera vertiginosa, de Sevilla a Santiago de Compostela, para admiración de australianos y holandeses, dispuestos a tragar negros sapos y culebras.

Desde que Estados Unidos empezó a entrar en la política mundial, cambió el concepto de guerra, asociándola especialmente con la victoria y sólo con ella: para conseguirla todo es lícito, incluidos campos de interrogatorio en suelo extranjero "porque en USA no estarían permitidos". España fue la primera víctima de estos manejos y de la extraña costumbre norteamericana de arrancar las guerras bajo la presión de la prensa privada que, normalmente, sostiene intereses comerciales abundantes. España se vió arrastrada a una guerra distante, pero no alejada, por la interminable presión de los Morgan, Hearst y demás empresarios de la verdad, que llegaron incluso a enseñar -mediante torpes maquetas en los noticieros- el hundimiento del Maine. Cuba, Puerto Rico y Filipinas fueron conquistadas "por la libertad". Miles de muertos. Y los heroicos marinos españoles, que obedecieron al gobierno español, muy conscientes de navegar a una muerte segura.

Nada tan troglodita como la codicia servida por militares bien armados que no se preocupan de la moralidad de sus acciones: Órdenes son órdenes.